Mixu: Diseñado por ti

Gensler es una firma global de arquitectura, diseño y planificación con 50 sucursales y más de 6.000 profesionales conectados en red en Asia, Europa, Australia, Oriente Medio y América. Fundada en 1965, Gensler tiene más de 3500 clientes activos en prácticamente todas las industrias. Los diseñadores de Gensler se esfuerzan por lograr que los lugares donde las personas viven, trabajan y juegan sean inspiradores, perdurables y memorables. Conversamos con Daniel Stromborg, Director de Diseño de Desarrollo de Producto en Gensler, sobre el proceso de diseño y las ideas que dieron lugar a Mixu.

Cuando iniciamos este proyecto -el primero con Arper- nuestro objetivo era crear una silla de plástico que se adaptara a una amplia gama de contextos, desde el lugar de trabajo hasta los espacios públicos o los ambientes privados. La escala de Gensler como organización, nos ha ofrecido la oportunidad de acceder a muchas perspectivas y diferentes puntos de vista con respecto al diseño, que aprovechamos durante la fase de investigación inicial del proyecto. Nos embarcamos en nuestra investigación entrevistando a directores de diseño de 15 áreas prácticas diferentes de nuestra firma. Les preguntamos sobre sus necesidades y las de sus clientes en torno a la idea de una silla de plástico. Se estableció un fuerte consenso entre los participantes: una silla de plástico carecía tanto de sentido artesanal como de cualidades humanísticas. Como respuesta, nos dimos cuenta de que necesitábamos crear una silla que ofreciera a los diseñadores de interiores un grado de autoría y un sentido del toque humano. Con esto en mente, partimos del briefing de diseño original y cocreamos una línea de trabajo enfocada en facilitar la personalización.

Lo interesante de este proyecto fue descubrir que todos los productos del catálogo de Arper comparten, en gran medida, los rasgos de una familia. De una forma u otra, hablan el mismo idioma y esta fue una parte muy importante de nuestro proceso de diseño: sumergirnos en el lenguaje estético y conceptual de Arper hasta compartirlo. Esta fue la clave en el diseño de Mixu. El perfil de la pieza, la geometría superpuesta, la curvatura, el ángulo matizado del asiento, la forma en que se definen conexiones, cómo se diseñaron las cosas en las diferentes plataformas: cada decisión de diseño que tomamos durante el desarrollo fue, de alguna manera, un reflejo del trabajo que Arper realiza en términos de diseño y comisariado.

Como resultado de todas las entrevistas que realizamos, descubrimos que lo que realmente necesitábamos era encontrar un sentido de autoría para la pieza. Sabíamos que resultaba fundamental crear un diseño flexible en cuanto a materiales y colores, para permitir al diseñador de interiores o al responsable de un proyecto aportar su criterio, su grado de autoría. Este reto nos dio la fuente de inspiración para Mixu y, en última instancia, nos ayudó a recorrer el camino desde el concepto hasta la forma general y las declinaciones. Con Mixu creamos una silla que permitiría a los diseñadores combinar materiales y colores, como si fuera una especie de juego lleno de posibilidades. Queríamos que este sistema ofreciera la posibilidad de que, tanto el cliente como el diseñador de interiores, se sintieran autores al permitirles especificar el ajuste y el acabado exactos de la silla para definir una amplia gama de aplicaciones, desde empresas de tecnología hasta hostelería, hogares y oficinas.

Los componentes están disponibles en cinco materiales básicos adecuados para una gran cantidad de soluciones de diseño: madera, metal, plástico, cuero y tapizados en tela. Como todos sabemos, cada uno de estos materiales tiene su propia connotación: la madera es rica y cálida, mientras que el plástico puede resultar divertido o informal. Un respaldo tapizado con patas de madera funciona muy bien en espacios formales, mientras que una versión con las patas de metal en combinación de asiento y respaldo de plástico se puede integrar perfectamente en cafés, ambientes de descanso u otros espacios más informales. Tratamos de desarrollar una silla que se adaptara a todo tipo de escenarios gracias a su diversidad de opciones materiales.

Desde el principio, sabíamos que nuestro diseño tenía que prever el reciclaje de la pieza. Aunque nos gusta pensar que nuestros productos durarán para siempre, la realidad es que la gente se mueve, las piezas se rompen, las cosas cambian. Queríamos crear algo que pudiera armarse y desarmarse sin residuos, con solo unos pocos tornillos. El diseño se vuelve más sostenible porque puede reciclarse o restaurarse de forma responsable. Este concepto influyó mucho en la forma en que concebimos la pieza y diseñamos el encuentro del respaldo al asiento, así como la conexión de la pata de madera al marco de metal. También consideramos los materiales en sí mismos y utilizamos plástico reciclado postindustrial, maderas certificadas FSC y un plástico resistente y duradero que prolonga la vida útil de la silla para reducir los desechos.

Porque es lo correcto. Emplear materiales reciclados postindustriales nos permite centrarnos en el “reducir” del mantra medioambiental: "Reducir, reutilizar, reciclar". La optimización de los materiales obtenidos reciclados disminuye la demanda de más materiales "vírgenes" y reduce la huella de carbono del producto. En última instancia, esto también se alinea aún más con el Desafío Climático de Ciudades Gensler (o GC3) que ha desarrollado nuestra empresa: nuestro compromiso para lograr, en una década, la neutralidad de carbono en todo nuestro trabajo.

Queríamos crear una forma que se integrara en el conjunto de la colección Arper. Estábamos bastante interesados en la geometría superpuesta que está presente en muchos de los diseños de Arper, por lo que creamos una doble curva que envuelve el asiento y suaviza sus bordes. Las curvas crean una presencia y una atmósfera tranquilas. Como referencia a las geometrías superpuestas, que son parte del lenguaje estético de Arper, diseñamos una pequeña superposición en la esquina de la silla. Es la idea de la imperfección perfecta; no es un círculo o un rectángulo perfecto, sino una forma casi ideal que le aporta sensibilidad humana al producto.