18 aprile 2014
© Mark Mahaney
Una vez, la American Academy de Roma era una parada obligatoria para los aspirantes arquitectos americanos; hoy, aloja artistas, diseñadores e investigadores de cualquier disciplina provenientes de los mejores institutos y universidades. Se instituyó por Charles Follen McKim - decano de arquitectura y de bellas artes americanas del siglo XIX - para la formación de jóvenes estetas: la Academy constituía un rito de pasaje para los que querían iniciar una carrera dedicada a la realización de obras de arquitectura civil en un continente en fuerte expansión.
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A lo largo del siglo sucesivo, la Academy ha pasado de inicial, pero refinado, fortín de la clase privilegiada a algo más grande y utópico, convirtiéndose en la sede de una dinámica comunidad de artistas y estudiosos que vivían y trabajaban juntos en un ambiente de rara belleza y con objetivos compartidos.
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Hoy, la Academy ofrece posibilidades a algunos de los más eminentes estudiosos, artistas, críticos e intelectuales; todos se benefician del "Rome Prize", una de las más generosas bolsas de estudio americanas. Durante el día se realizan lecturas, conferencias, visitas al estudio, paseos en lugares históricos, recitales o debates improvisados. Todos los días el menú principal se comparte en la gran sala comedor.
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Esta mesa común representa la esencia misma de la misión de la Academy, que consiste en favorecer el intercambio de ideas y el encuentro entre disciplinas, generaciones y culturas.
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En todo ello, la Academy cumple un papel muy particular: ofrecer un espacio acogedor donde las jóvenes mentes creativas puedan usar el propio tiempo para pensar, trabajar, encontrarse y confrontarse, sin ninguna expectativa o finalidad.
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The American Academy Rome, Italy
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