¿Qué significa hacer una edición de un producto? ¿Reproducir un objeto de manera completamente idéntica? ¿Seguir rigurosamente todo lo que se ha hecho previamente y renunciar a las innovaciones actuales? ¿Es más importante mantener el espíritu original del proyecto o sus características técnicas originales? ¿En qué medida las ideas y los ideales se relacionan con los procesos técnicos?
El apoyo dado por Arper a la muestra “Lina Bo Bardi: Together” ha situado a la empresa ante estas interesantes preguntas. La exposición- cuidada por Noemi Blager – combina el talento de la artista Madelon Vriesendorp y el director Tapio Snellman, en el trabajo colectivo de diseño Assemble, en una instalación que reconstruye en modo vívido el espíritu y la filosofía proyectual de Lina Bo Bardi. La encargada ha visto en Arper el socio ideal para desarrollar todo el proyecto y para la realización, con el Instituto, de una edición de la Bardi’s Bowl Chair.
Una extraordinaria ocasión de colaboración creativa, que se inspira en la filosofía proyectual de Lina y en su empeño constante en relación con la cultura, los lugares y las personas. Para Arper ha representado la oportunidad única de investigar e iniciar uno de los proyectos más famosos de la arquitecta italo-brasileña, con intención de celebrar su trabajo adaptándolo a las propias modernas metodologías productivas.
La Bardi’s Bowl Chair, proyectada en 1951 en Brasil, patria elegida por Lina Bo Bardi, es un icono de su estilo versátil. Como la mayor parte de sus realizaciones, no se piensa como un producto de lujo compasado, cuyo valor se exprime únicamente en su diseño, sino como un objeto accesible y flexible, capaz de integrarse armoniosamente en cualquier ambiente.
Gracias a las diversas combinaciones posibles del asiento, esta butaca tiene múltiples funciones. Junto a una mesita de café favorece la interactuación entre las personas; inclinada se convierte en un nido en el que sumergirse en la lectura; girada con la apertura hacia arriba se transforma en una cuna donde descansar tranquilamente. En equilibrio entre producción industrial y personalización, Bo Bardi había imaginado la Bardi’s Bowl Chair como un objeto de estructura y forma esencial y universal. Pero, como todos los proyectos de Lina Bo Bardi, el elemento fundamental sigue siendo la interactuación del hombre con el objeto.
En colaboración con el Instituto Lina Bo e P.M. Bardi – que tras la muerte de Lina, en 1992, se convirtió en el guardián de la propiedad intelectual de sus proyectos-, Arper ha iniciado un proyecto para reproducir la Bardi’s Bowl Chair en edición limitada, para testimoniar con mayor detalle los valores comunes al pensamiento de Lina Bo Bardi.
Al inicio de esta colaboración, la documentación disponible sobre las características de producción de la silla era escasa. Existían sólo algunos borradores, pero sin indicaciones sobre medidas precisas o detalles, y dos reproducciones originales que hoy se encuentran en San Paolo en la Casa de Vidrio, la casa que había pertenecido a Lina y a su marido:una butaca de piel negra de 1951, considerada la versión más representativa porque había sido desarrollada por Lina Bo Bardi, y otra, probablemente de fabricación posterior, con el asiento más pequeño y los cojines rojos intensos.
Arper ha adoptado un enfoque creativo, encontrando un equilibrio entre la interpretación del proyecto original y el valor añadido dado por las propias competencias técnicas, para representar en el mejor modo posible la idea original de Lina Bo Bardi, utilizando las posibilidades ofrecidas por las modernas tecnologías de producción industrial.
Durante este trabajo ha salido a la luz casi inmediatamente que, en la época en que la Bardi’s Bowl Chair se proyectó, los procesos productivos brasileños eran casi exclusivamente artesanales. Del original conservado en la casa de Vidrio se han estudiado las dimensiones, la estructura interna, los particulares del revestimiento – desde la calidad a la dimensión de los puntos utilizados en los cosidos – la densidad de la espuma y la suavidad del asiento.
El diálogo entre Arper y el Instituto se ha entendido y favorecido por el uso de diversos canales de comunicación. Socios fundamentales, desde el principio han sido la directora del Instituto, Anna Carboncini, y el histórico del diseño, Renato Anelli. La comunicación se ha realizado casi exclusivamente utilizando medios digitales y transfiriendo electrónicamente los dibujos y las fotos capaces de restituir las ideas y las impresiones de Lina.
A pesar de todo, ha prevalecido el idioma universal del gesto, quizás la más profunda conexión entre la cultura italiana y la brasileña. Arper ha creado un modelo de análisis para ayudar al Instituto en el proceso de recogida de información y de datos necesarios para “reproducir” el original y crear los diseños técnicos mientras el Instituto ha trasferido las calidades y las dimensiones de la silla original en relación a la mano y al cuerpo, describiendo físicamente las relativas proporciones, la calidad, el espesor, la profundidad, la compacteza, la suavidad.
Para investigar los procesos productivos y las posibles mejoras se ha realizado un pequeño prototipo a escala. Ya que el original se había realizado en hierro modelado a mano, con una forma rígida y sin flexibilidad, incompatible con las peticiones de la producción industrial contemporánea y con los actuales estándares de calidad, Arper ha sugerido realizarlo en plástico para darle ligereza, fuerza y flexibilidad a la estructura. Cada pequeño detalle – incluyendo los tapizados en piel sobre estructura circular en acero que sirven para mantener la posición del asiento – se ha reinterpretado con cuidado y atención.
En calidad de arquitecto que ha abrazado el movimiento modernista, la filosofía proyectual de Lina siempre se ha caracterizado por la accesibilidad, el empeño y la generosidad. Citándola, “Estandarizar significa ampliar las posibilidades, hacer de modo que algo concebido por algunos sea accesible a muchos. Significa “mejorar” porque es mucho más fácil estudiar a fondo un organismo elemental que estudiar una serie infinita e indefinida”. (1951).
Compartiendo completamente esta idea, Arper ha iniciado un recorrido para realizar estas propuestas: producir ejemplares de Bardi’s Bowl Chair poniéndola a disposición y accesible al público. Citando las palabras del Presidente de Arper, Luigi Feltrin, y del Administrador Delegado y Vice Presidente Claudio Feltrin, “Con este proyecto, queremos ofrecer un futuro al pensamiento de Lina y a la Bowl Chair, cuya edición limitad constituye una unión entre el pasado y el futuro.” Tras algunos meses de confrontación, colaboración, proyectos y verificaciones, Arper y el Instituto han presentado un primer prototipo de la Bardi’s Bowl Chair en Londres, a la apertura de la muestra “Lina Bo Bardi: Together” en el otoño de 2012, mientras durante el reciente Salón Internacional del Mueble de Milán 2013, Arper ha presentado en su showroom de Via Pantano 30, una exposición Fuorisalone dedicada propio a la realización y a las varias fases de realización de la Bardi’s Bowl.
Aunque el único ejemplar original existente es de piel negra, los trazos de Lina Bo Bardi hacen suponer que la Bardi’s Bowl Chair se haya pensado para realizarse en otros acabados y colores. Un aspecto que la hace parecida a la familia Catifa de Arper y que permite múltiples variaciones: una idea simple y esencial, válida todavía hoy.
Por este motivo hoy Arper, en el intento de perfeccionar todavía más su interpretación de la Bardi’s Bowl Chair, sigue ampliando la gama de los acabados seleccionando los tejidos que mejor reflejen el espíritu vivaz de Lina y la simbiosis creativa de sus dos culturas, italiana y brasileña.
Con la reproducción de la Bardi’s Bowl Chair, Arper quiere sacar a la luz el apasionado trabajo de Lina Bo Bardi. Observando este proyecto único y versátil emergen el toque personal de Lina Bo Bardi y su visión humanística, además de la influencia de su trabajo desde un punto de vista histórico. Sólo a través de la lente del tiempo, es posible entender la evolución y continuidad de las formas.
Arper donará al Instituto Lina Bo y P.M. Bardi una parte del provecho de la venta de la Bardi’s Bowl Chair que se reinvestirá en programas sociales y culturales a favor de las personas, como habría querido Lina Bo Bardi.