Kinesit Met: La oficina está en cualquier lugar

Hace unos años, los límites entre la vida y el trabajo comenzaron a difuminarse. La revolución digital impactaba en cada aspecto de nuestras vidas, pero en ninguna más que en cómo y dónde trabajábamos. La oficina ya no era un edificio o un lugar estático al que nos desplazábamos, sino las herramientas digitales que llevamos con nosotros. Trabajar en casa se convirtió en algo más que una posibilidad. Y, mientras tanto, nuestras oficinas también estaban cambiando, se convertían en más coloridas, más intuitivas y empáticas.

Por todo esto, en 2014, quisimos crear una silla que funcionara tanto en el hogar como en la oficina, y elegimos el color y la ligereza como principios rectores. Kinesit se presentó con un cromatismo fuerte y básico, pero empleado cuidadosamente, explorando y combinando los matices de los colores primarios para situarlos en un ambiente luminoso y optimista, que fomentara un estado de ánimo alegre y enriquecedor.

El año pasado, el cambio se aceleró. Muchas más personas experimentaron el trabajo en casa, algunas por primera vez. Tuvimos que repensar nuestros espacios para acomodar tanto el hogar como el trabajo, dando aún más importancia al mobiliario adaptable y flexible.

Este año, ampliamos nuestro enfoque para Kinesit Met en colores y materiales. Especialmente para trabajar en casa: nos interesaban los tapizados en colores y texturas más matizados y sombreados que contribuyeran a crear un ambiente de trabajo armonioso, en la oficina o en el hogar.

Cuando estudiamos el cambio en la selección de materiales para la tapicería hacia una paleta más sofisticada y refinada, descubrimos que el apoyabrazos de plástico blanco o negro no parecía encajar. Buscamos un material diferente, capaz de ser neutro, pero con una calidad definida y noble. Entonces, comenzamos a explorar diferentes tonos metálicos. Después de considerar diferentes tonos, incluidos el bronce y el azul, nos decantamos por un cobre oscuro para combinar con telas en cálidos tonos terracota, que ofrecieran una expresión más armoniosa y contemporánea; además de dos tonos de acero satinado, uno brillante y el otro oscuro para acabados neutros.

La primera idea fue producir los reposabrazos en aluminio anodizado, pero el proceso de fundición a presión requiere una cierta cantidad de silicio en la aleación para aumentar la fluidez de la inyección del material en el molde. Sin embargo, dado que el silicio reacciona con la anodización, la pieza se vuelve muy oscura y en consecuencia limita mucho la gama de colores. Entonces, desarrollamos una pintura de alta calidad en diferentes tonos de metal: negro carbón, gris espacial y cobre oscuro.

Estos tonos combinan perfectamente con la gama sugerida de colores de tapicería seleccionados, que no combinarían bien con los apoyabrazos y las bases en blanco y negro, y que permiten interpretar la colección Kinesit desde un ángulo estético completamente diferente haciéndola más suave, más sofisticada y con una expresión más elegante.